Te debía la parte 2 de mi manual de supervivencia emocional. Así que… continuemos.
4. Dificultades de salud
Este tema es delicadísimo, y no me considero con ningún poder para aconsejarte.
En mi caso, me siento muy cercana a Dios. Cuando tengo un problema de salud, lo hablo con Él, le entrego mi preocupación y dejo que se encargue.
Lo único que puedo decirte es que tu cuerpo es fuerte, es poderoso, y tiene la capacidad de sanar. Estoy segura de eso.
5. Corazón roto
Cuando escuchamos esto, pensamos automáticamente en relaciones de pareja. Pero creo que podría hacer una lista enorme de cosas que pueden romperte el corazón.
Sí, creo que todo eso que vemos en las películas —el helado, los chocolates— funciona. Pero también, para mí, es sanador hablarlo. Hablarlo y hablarlo. Las penas compartidas pesan menos.
Ah, y siempre, siempre, siempre sanas. También estoy segura de eso.
Existe un pegamento para el corazón. Y quizás no es el tiempo, sino las ganas de querer estar o sentirse mejor, usando cualquier herramienta para lograrlo.
6.Discusiones con tus padres
Te quiero confesar que me genera bastante miedo hablar de esto, porque creo que mi opinión puede ser controversial. Creo que es importante tener presente que es tu primera vez siendo hija, y muchas veces para ellos es su primera vez siendo padres. Teniendo en cuenta esto, es normal tener cortocircuitos. Que la relación sea de esa índole no significa que siempre se deba coincidir.
Para mí, es importante no dejarse llevar por esa condición particular recaída en el “son tus padres” y vivir lo que sea que sintamos a pleno. Por supuesto, siempre desde el respeto.
Una vez más me quedé corta. Mi manual es algo extenso. Te prometo que te haré llegar el resto.
Un abrazo.